A solicitud de Humane Society International, se
realizó el sondeo a raíz de reportes sobre carne de caballo mal etiquetada
CIUDAD DE MÉXICO (7 de agosto del 2015) – De acuerdo
con un reciente sondeo de opinión realizado por Parametría, una de las
principales agencias encuestadoras de México, la mayoría de los mexicanos se
opone al consumo de carne de caballo y apoyaría reformas que garanticen que la
carne de caballo no sea mal etiquetada. El sondeo muestra que el 74 por ciento
de los mexicanos no ha comido ni comería nunca carne de caballo, 73 por ciento
estaría muy molesto si descubriera que ha consumido carne de caballo mal
etiquetada y 96 por ciento apoya una supervisión estricta para evitar el mal
etiquetado de la carne en México. El sondeo fue solicitado por Humane Society
International, una organización mundial de protección animal sin fines de
lucro.
México es el segundo mayor productor y exportador de
carne equina fresca, refrigerada o congelada, superado únicamente por China.
Sin embargo, la mayoría de los caballos sacrificados en México vienen de los
Estados Unidos. Muchos de estos animales entran al país enfermos o lesionados.
Antón Aguilar, director de HSI/México, dijo: “Este
sondeo muestra que la carne de caballo
no es bien vista en México. Esta es una industria cruel que comercia con un
producto que podría ser peligroso para los humanos. La mayoría de los mexicanos
no está dispuesta a consumir carne de caballo, se opone a su etiquetado erróneo
y apoya una fuerte supervisión para evitar esta práctica.”
En el 2014, la Comisión Europea puso en marcha una
prohibición condicional a la importación de carne de caballo proveniente de
México tras una serie de auditorías realizadas por la Oficina Alimentaria y
Veterinaria. Las auditorías identificaron de manera consistente problemas con
la falta de trazabilidad de los caballos sacrificados para la exportación hacia
la UE provenientes de los EE. UU. y de México, en particular con respecto a los
registros de tratamiento médico veterinario. Suiza también se unió a la UE al
suspender las importaciones de carne de caballo de México debido a
preocupaciones de sanidad alimentaria.
Los caballos sencillamente no son criados para ser
consumidos ni en los EE. UU. ni en México. La utilización de fármacos
veterinarios que están prohibidos para su uso en animales de producción
constituye una práctica generalizada en la industria de la carne de caballo y
los registros médicos obligatorios de por vida no existen en ninguno de los dos
países.
Una vez que la suspensión de la UE entró en vigor en
el 2015, varios artículos de prensa se publicaron en México reportando
prácticas de etiquetado erróneo de carne en Aguascalientes, Chihuahua, Durango,
Veracruz y Zacatecas, donde la carne de caballo se vendía mal etiquetada o sin
etiquetar. Además, de manera preocupante, varias autoridades sanitarias a nivel
local en Coahuila y Durango hicieron llamados públicos para que las personas
consumieran carne de caballo aunque la mayoría esos caballos podría haber sido
tratada con sustancias que están prohibidas para su uso en animales destinados
al consumo humano.
En el sondeo, 800 mexicanos fueron entrevistados entre
el 25 y 29 de julio, 2015. El sondeo tuvo un margen de error de +/- 3.5 por
ciento.
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